19.7.16

El Gabinete de Macri: Patricia Bullrich

Ex peronista de izquierda ligada a Montoneros, ex peronista de centro derecha con Menem, ex Alianza en el gobierno de De la Rúa, ex Coalición Cívica con Carrió y actual líder de Unión por la Libertad (también conocido como “Unión por Todos”, en coalición con el PRO), Patricia Bullrich fue designada Ministra de Seguridad de la Nación Argentina el pasado 10 de diciembre, mediante la emisión del decreto 6/2016.






Pero su apellido no es solo Bullrich, es Bullrich Luro Pueyrredón. Su sangre forma parte de la familia tradicional porteña: en su árbol genealógico podemos encontrar algunos miembros destacados como Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata (1816-1819) y Honorio Pueyrredón, Ministro de Agricultura (1916) y posteriormente de Relaciones Exteriores (1917-1922). También dos intendentes de la Ciudad de Buenos Aires: Adolfo Bullrich (1898-1902) y Carlos Pueyrredón (1940-1943). 

Patricia nació el 11 de junio de 1956 en la Ciudad de Buenos Aires. Es hija de Alejandro Bullrich y de Julieta Luro Pueyrredón, y es la hermana menor de Ricardo, Julieta y Martín. Juntas, las hermanas comenzaron a militar a principios de los  años setenta en la Juventud Peronista. Julieta en 1972 y Patricia un año después. A pesar de que siempre negó públicamente pertenecer a Montoneros, como militante Patricia estuvo presente el 20 de junio del ‘73 en la Masacre de Ezeiza, donde dicha organización se enfrentó con otras facciones políticas en marco del retorno del General Perón al país, y también se encontraba en Plaza de Mayo el día que Perón echó a Montoneros. Además, su hermana era novia de Rodolfo Galimberti, quien en aquél entonces era el líder de Montoneros. Al tiempo, Julieta se convirtió en esposa de Rodolfo y durante la dictadura militar debieron exiliarse. Pero Patricia primero debió afrontar seis meses detenida para luego escapar a Brasil, México, España y Francia con su hermana y Galimberti. Durante el exilio en el exterior, en París, el 24 de agosto de 1983 falleció su hermana Julieta.

Además de poseer experiencia política y vivir exilios tan tempranamente, Bullrich también se fue puliendo académicamente durante los años. De hecho, tiene varios títulos: en 2001 se recibió como Licenciada en Humanidades y Ciencias Sociales con orientación en la Comunicación, con diploma de honor incluido, en la Universidad de Palermo. Años más tarde, en 2009, obtuvo su título en Magíster Ciencias Políticas y Sociología en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), y en 2013 recibió su doctorado en Ciencias Políticas, en la Universidad de San Martín (UNSAM).

La democracia volvió a Argentina en los 80s y también volvió Bullrich desde el exilio. Aprovechando la víspera de buenas nuevas y viendo la posibilidad de centrar su cabeza en otra cosa que no sea la muerte de su hermana, decidió meterse otra vez en la política y se convirtió en Secretaria de Organización del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, para la época en que terminaba la década y Menem se iba poniendo de moda, Patricia se cruzó de vereda dentro del Justicialismo y fue candidata a diputada por la Capital, en la lista encabezada por Erman González y MiguelÁngel Toma (electa en 1993). Al poco tiempo, las políticas intolerables de privatización que mostró Menem no le gustaron nada a Bullrich y abandonó su banca en el oficialismo. Una vez afuera y, luego de un breve paso por el partido “Nueva Dirigencia” de Gustavo Beliz, fundó uno propio: “Cambio 97”, al que una posterior impugnación hizo rebautizar como “Unión Por Todos”. Desde su nuevo espacio, lo primero que hizo fue atacar las privatizaciones del gobierno. Así, el 6 de mayo de 1997, junto a diputados de la UCR, Bullrich presentó un recurso de amparo frente al decreto 375/97 que se firmó a comienzos de ese año, en el que el presidente Menem disponía la privatización de 18 estaciones aéreas dependientes del Estado Nacional. La respuesta de la justicia frente al recurso de amparo presentado fue declarar la nulidad del decreto, pero a pesar de esto, Menem arremetió emitiendo otro decreto de necesidad y urgencia (842/97), que ordenaba seguir adelante con la privatización de los aeropuertos.

Frente al declive que se evidenciaba en el oficialismo hacia el final de los 90s, la Alianza comenzó a mostrarse como un espacio oportuno al cual incorporarse. Y fue con esos ojos que Patricia Bullrich contempló la realidad de aquella época. El 15 de diciembre de 1999, bajo la presidencia de Fernando De la Rúa, se convirtió en Secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Ahora bien, es a partir de acá que la vida política de Patricia Bullrich escala a otros peldaños, también se hace más “conocida” y entra en ese círculo de políticos que todos los días vemos en la tv. De hecho, durante el gobierno de Fernando De La Rúa, Bullrich no solo ocupó el cargo ya mencionado, sino que también fue Ministra de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos de Argentina, y fue Ministra de Seguridad Social de Argentina, en el aquél entonces recién creado Ministerio de Seguridad Social (cargo que ocupó 15 días). Todo en dos años. Y tanto en su primer cargo como en el segundo, fue la primera mujer en Argentina en estar al frente de dichas carteras. Pero esta rápida escalada política y de notoriedad que llegó a la vida de Patricia no estuvo acompañada por una escalada de buena reputación (por supuesto que sí por parte de algunos). Desde el gabinete de la Alianza fue desde donde se ejecutó el ajuste de aquél entonces, y Bullrich salió de ahí mal parada.

El 6 de octubre de 2000 Patricia Bullrich asumió como Ministra de Trabajo. Desde esa cartera y desde la de Seguridad Social implementó políticas que condujeron a que, como se dijo anteriormente,  tuviera una mala reputación: recortó 13% las jubilaciones (aunque públicamente decía que el ajuste era administrativo y político), atacó planes trabajar, repudió cualquier tipo de piquete o manifestación y apuntó principalmente hacia los sindicatos. Denunció a integrantes de la asociación cooperativa Unión, Solidaridad y Organización (La Matanza) y a la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTVH) -que integraba la mesa de conducción de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), ambas presididas en aquél entonces por Luis D´Elia -ya que, según Bullrich, obligaban a beneficiarios del Plan Trabajar a entregar parte de la asistencia que recibían a cambio de garantizarles la continuidad de esa ayuda estatal. Pero Bullrich no solo denunció, sino que luego les quitó a las organizaciones piqueteras la facultad de gestionar por su cuenta planes Trabajar (los planes bajaron de 270.000 a 90.000). Frente al ajuste, las dos CGT -encabezadas en aquél entonces por los dirigentes Rodolfo Daer y Hugo Moyano- decidieron hacer un paro conjunto para mediados de agosto de 2001, pero Bullrich los criticó y los vinculó a "maniobras políticas más que a defensas de intereses concretos". Además, les propuso a los dirigentes sindicales que se rebajen los sueldos. Después de la manifestación conjunta de las dos CGT, Bullrich declaró: “Queda claro que quieren voltear al gobierno”.

Desde el Ministerio de Trabajo, Bullrich también lanzó un plan de “transparencia sindical”, que obligaba a los dirigentes sindicales a presentar sus declaraciones juradas. Por supuesto que el plan fue criticado y repudiado a toda costa por el sindicalismo, pero la ministra estaba dispuesta a combatirlos. En medio de la tensión y los paros del sindicalismo, lanzó un plan para combatir el empleo en negro o no registrado que, en palabras de Bullrich, comprendió “el despliegue de más de 300 inspectores en todo el país”.

La situación con los sindicatos fue tal que, para fines de octubre de 2001, Bullrich renunció a Trabajo y fue reemplazada por José Gabriel Dumón (UCR), en un acto desesperado del gobierno con el objetivo de lograr un mejor nivel de diálogo con el sector sindicalista y trabajadores. Y la movida de la Alianza quedó clara con la primera medida de Dumón como Ministro de Trabajo: tiró para atrás la propuesta de Bullrich de que los dirigentes sindicales presentaran sus declaraciones juradas. También sometió a revisión la ley de reforma laboral sancionada un año antes. A los pocos días de su renuncia, Bullrich fue nombrada Ministra de Seguridad Social de Argentina. Inmediatamente después de su nombramiento, la diputada Elisa Carrió la denunció públicamente como una “infame traidora a la Patria” y por integrar una asociación ilícita junto al Presidente Fernando de la Rúa y los demás integrantes del gobierno. Pero estas acusaciones no le hacían ruido a Bullrich. Lo que sí le hacía ruido era que, simultáneamente, el gobierno de De la Rúa corría la estructura del Ministerio de Desarrollo Social, que dirigía DanielSartor (UCR). Fue por este motivo que la ministra de seguridad salió públicamente a cuestionar la funcionalidad de esa cartera, llegando a pedir en vivo por Radio Continental que se elimine. Además, también reclamaba que no se le transferían los fondos ($300 millones). Cuando De la Rúa se enteró de las declaraciones radiales de Bullrich, hirvieron las papas. El Presidente no tuvo ningún problema en aceptarle la renuncia el 13 de noviembre de 2001. Su reemplazo en Seguridad fue, momentáneamente, quien también la había reemplazado en Trabajo. Según declararon funcionaron cercanos al presidente en aquél entonces, el problema con Bullrich no fue cuestionar el Ministerio de Desarrollo, sino que lo haya hecho públicamente.

Sin embargo, alguien que no se esperaba la salida de Bullrich y que a su vez quedó dolido fue Domingo Cavallo, Ministro de Economía de la Alianza. Según reportaban los medios, en privado Cavallo confesaba que había perdido una aliada. El día de su renuncia coincidió con una conferencia de prensa de Cavallo, en marco del canje de la deuda provincial, en la que el ministro vio la oportunidad para destacar públicamente el trabajo de Bullrich. Por otro lado, el alejamiento de la ex ministra consolidó a dos radicales: los ya mencionados Dumón y Sartor. Lógicamente, más radicales dentro de la mesa chica de De la Rúa no eran buenas noticias para Cavallo, quien pasó a estar en una situación de más vulnerabilidad teniendo en cuenta sus políticas económicas, que eran criticadas por el resto del gabinete. 

Ya alejada de la Alianza, el 2002 se presentó como una oportuncrisis: luego de haber terminado el año anterior de la peor manera posible, Bullrich pensó que tenía oportunidades para las presidenciales del 2003 y comenzó a hacer campaña. Lo primero que hizo fue fundar “Unión por Todos”, un nuevo partido político (un tiempo antes, ni bien se separó del gobierno, ya había creado Fundación Ahora Argentina). Lo siguiente fue tratar de conseguir firmas para encaminar la candidatura, para lo que realizó un acto en el Hotel Panamericano de la Ciudad, en febrero de ese año. Al estar estrenando un partido, Bullrich necesitaba mostrar contundencia y sabiduría, por lo que todo el año se dedicó a presentar propuestas. En el caso de que llegase a la presidencia, prometía una “agresiva reforma en lo político, judicial, económico, financiero, laboral y del Estado”. “Somos un partido preparado para gobernar. La Argentina necesita menos impuestos y más servicios, desocupar a los ñoquis y emplear a los ciudadanos, más trabajadores y menos sindicalistas que se ocupen de sí mismos, y más estrategos y menos punteros", decía por aquél entonces.

Consultada sobre su propuesta de reforma política, planteó eliminar las listas sábana, reemplazándolas por un sistema de circunscripciones binominales, acortar las campañas, transparentar el financiamiento y reducir el gasto electoral, disponer una sola reelección y reformar los partidos políticos. También anunciaba que reduciría el número de diputados, con un senado representativo de las provincias y no de los partidos, además de eliminar el número de asesores y los privilegios, como inmunidad, pensiones graciables y jubilaciones de privilegio.

Cargada de propuestas en caso de llegar al sillón de Rivadavia, la agenda de Bullrich consistía de estos principales puntos: 1) Una reconstrucción de la moneda, apoyándose en la solvencia fiscal y la independencia del Banco Central. 2) La recomposición de los precios relativos a partir de la recuperación de la confianza, que derivará en la reversión de la fuga de capitales, el aliento del consumo interno y el empleo. 3) La devolución de los depósitos reprogramados en la moneda de origen, en un plazo por ser acordado entre los bancos y el Estado. 4) Facultar a las entidades financieras para hacerse cargo de los depósitos pesificados y el Estado, de la diferencia de cambio, hasta alcanzar el valor en dólares originales. 5) Una reforma impositiva a partir de un sistema simple y constatable de premios para los cumplidores y castigos para los evasores. Eliminación de las retenciones a las exportaciones, del impuesto a los créditos, a las ganancias, a los débitos bancarios y aportes patronales. 6) La aplicación de la ley de defensa del mercado interno frente a prácticas desleales de terceros países. 7) Una agresiva apertura de mercados externos con la premisa de acuerdos multilaterales preferenciales, institucionalización del Mercosur e impulso a las negociaciones desde allí con la Unión Europea, los Estados Unidos, México y la Comunidad Andina. Promoción de las Pyme mediante la facilitación de la creación de consorcios de producción y exportación. 8) Crear programas de "empleabilidad" para promover el desarrollo del empleo social, educativo y productivo. 9) Impulsar un movimiento sindical transparente que promueva iniciativas para los trabajadores y no en favor de los dirigentes, que deberán entregar sus declaraciones juradas de patrimonio.

Este último punto fue uno de los principales de la campaña de Bullrich ya que quería aplicarlo desde que era parte de la Alianza, un año antes y, respecto al mismo, en medio de la campaña denunció a Graciela Camaño (en aquél entonces Ministra de Trabajo. Esposa del dirigente sindical LuisBarrionuevo) y a su vice Noemí Rial por considerarlas juez y parte al afirmar la validez de la derogación de la resolución Nº 377, que obligaba a los sindicalistas a presentar su declaración jurada de bienes ante el ministerio, que ella misma había dictado como ex ministra. “Camaño benefició con esta revocatoria a su esposo y Rial fue abogada de la CGT en momentos en que interpuso una acción judicial contra la medida, pero ahora es funcionaria y parte involucrada”, denunció públicamente Bullrich. 

A pesar de contar con una agenda cargada de propuestas, las encuestas no mostraron los números que la líder de Unión por Todos quería ver. No lo logró. A fin de año, durante los primeros días de diciembre de 2002, bajó su candidatura. Consultada posteriormente por los medios, negó que las encuestas hayan influenciado en su decisión de retirar la candidatura presidencial. Sin embargo, declaró que su partido presentaría candidatos para cargos locales, lo que medios de comunicación y la sociedad entendieron como que sería candidata a Jefa de Gobierno porteña. "Lo que nosotros decidimos en este momento es una estrategia electoral de Unión por Todos y una estrategia de construcción política, y a partir de ahora vamos a evaluar en qué lugares el partido va a marcar una gestión distinta a la política misma”, concluyó.

Un año más tarde se confirmó lo que todos esperaban: se presentó como candidata para la jefatura porteña, pero en coalición con RicardoLópez Murphy (ex ministro de economía de De la Rúa), que a su vez se candidateaba para presidente de la Nación con Movimiento Federal Recrear. Y fue así como en 2003 nació la coalición “Unión para Recrear Buenos Aires”. En el acto donde se anunció, ambos declararon que la misma se concretó “en base a mucho respeto y seriedad y con el compromiso de colaboración y apoyo mutuo".

Así como en 2002, durante su campaña en 2003 contó con una cargada agenda de propuestas, como así también cargada de críticas hacia Aníbal Ibarra y Mauricio Macri. En campaña, Bullrich y el equipo técnico de Unión para Recrear Buenos Aires presentaron un plan de 10 medidas que enviarían a la legislatura si la ex ministra de Trabajo llegara a la jefatura porteña: 1) La ley de comunas, para establecer 16. 2) El Código Electoral. "Permitirá candidaturas independientes y establecerá un cronograma con certezas sobre las fechas de las elecciones. Además, eliminará la lista sábana y creará un sistema mixto de votación, mediante el cual se elegirán 20 diputados por distrito único y los restantes 40 de acuerdo con ocho zonas”. 3) Voto electrónico. 4) La ley de financiamiento y funcionamiento de los partidos políticos. "Queremos que pueda haber partidos por comunas y que haya participación de candidatos independientes". 5) El presupuesto participativo. 6) La cobertura social universal a los porteños que están por nacer. 7) El sistema de compras en línea. “El objetivo es que todas las compras superiores a 30.000 pesos se hagan a través de una licitación pública. Además, las Pyme podrán ofertar por cantidades inferiores a las pedidas”. 8) La ley de gestión fiscal responsable, que ·establece límites para el endeudamiento del Estado”. 9) La reforma del Código Contravencional. 10) La cuenta única de turismo. "La Ciudad debe llevar estadísticas de egresos e ingresos en materia de turismo. Quizás el motivo por el que Bullrich salió tan cargada fue por quienes eran sus contrincantes: Ibarra (en el cargo de la disputa desde 2000), Mauricio Macri y Luis Zamora.

En cuanto a Ibarra y Macri, la líder de UPT les dio duro en su campaña: "Hay algunos que no quieren que llegue el cambio porque las mafias, los gordos y los ñoquis saben que si llegamos al poder, se van a tener que ir” y  "con la plata que usó en dos días violó la ley de partidos políticos. Primero, que pague el correo”, respectivamente. Además, los acusó de hacer campaña sucia y de pagar encuestadoras privadas para tener resultados positivos. Ese año la campaña tuvo, entre otros condimentos, debates televisivos, de los cuales Bullrich pensó que salió ganadora: "Macri se borró, arruga, e Ibarra trató de explicar lo inexplicable y lo cierto es que hace tres años que hace la plancha. Con el debate les rompimos... la polarización. Ey!, no piensen mal", decía en broma. El 20 de agosto del 2003, Bullrich llevó adelante el acto de cierre de su campaña en el teatro Lola Membrives, en la calle Corrientes, donde arremetió contra Ibarra y Macri otra vez: “Hay una acción mediática para excluirnos de las elecciones. Va a haber operaciones psicológicas y mediáticas. Y yo las conozco porque las sufrí en dosis. Si les dicen algo negativo de nosotros, sepan que no es cierto”.

Finalmente, cuatro días después y con el 99% de las mesas escrutadas, los resultados dejaron en cuarto lugar a Bullrich – Manfroni (Unión por Todos en coalición con Recrear) con el 9,84% de los votos. Maurio Macri – Horario Rodríguez Larreta (Compromiso para el Cambio y Aníbal Ibarra – Jorge Terleman (Fuerza Porteña), figuraban primero y segundo (a ballotage) con 37% y 33,68%, respectivamente. Luis Zamora – Segio Molina (Autodeterminación y Libertad) quedaron terceros con el 12,3%. Cristian Caram - Aldo Isuani (UCR), obtuvieron el quinto lugar, con el 1,91% de los sufragios, y el binomio de Izquierda Unida Vilma Ripoll-Herman Schiller, quedó en sexto lugar con el 1,24% de votos.

En octubre de 2004, con casi un año de antelación para las legislativas de 2005 -y segura de que repetiría el porcentaje de votos que obtuvo en las elecciones para la jefatura de gobierno porteño-, Bullrich anunció su candidatura para diputada por la Ciudad de Buenos Aires, y también lanzó su revista partidaria, como el plato de entrada para su campaña. Ese mismo año, la líder de Unión por Todos presentó una denuncia penal contra el Jefe de Gobierno, Anibal Ibarra, en la que lo acusaba de haber violado la ley de contratos de trabajo (Nº 20.744), al autorizar el registro de menores de 18 años como cartoneros, ya que “al registrar a menores como trabajadores de una actividad insalubre no hace más que darles entidad”, decía Bullrich. A los pocos días, también presentó la denuncia contra Ibarra ante la OrganizaciónInternacional del Trabajo (OIT). "La ley prohíbe que los menores de edad, de entre 14 y 18 años, trabajen más de seis horas, en horario nocturno y en condiciones de peligrosidad, penosidad e insalubridad. En este caso, la Comuna empadronó a menores de edad, les dio credenciales para que formaran parte de la red de recolección de residuos, no les otorgó los elementos para cuidar la salud y, lo que es peor de todo, avala que esos chicos no vayan al colegio y vivan en la calle", afirmó Bullrich.

La catástrofe ocurrida el último fin de semana de 2004 en el boliche República de Cromañón, ubicado en el barrio Once de Capital Federal, concluyó el año de la peor manera imaginable. Ese día nadie festejó año nuevo, el país estaba de luto. Al otro día, Bullrich salió al cruce enfurecida y atacó por medio de un comunicado: "Este hecho es consecuencia de empresarios inescrupulosos que priorizan el lucro por sobre la seguridad y la vida, y de la inoperancia del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Es imposible obviar la responsabilidad que le compete a quienes gobiernan la ciudad, que fallaron en sus funciones. Esto los convierte en responsables y cómplices de una tragedia anunciada. Peor aún es la ausencia de respeto por las víctimas, materializada en un Estado nacional ausente. En vez de acompañar a la gente, tanto el presidente (Kirchner) como el jefe de Gobierno (Ibarra) se lavan las manos para resguardar sus imágenes políticas".

La primera semana de febrero de 2005, Bullrich presentó una denuncia ante la jueza María Angélica Crotto  en contra del gobierno porteño, por pedido de coimas en locales bailables. Aseguró en aquél entonces contar con el testimonio de un arrepentido: “después de lo que sucedió en Cromañón, se me acercó una persona y me dijo que él había participado en reuniones en las que gente del gobierno pedía coimas a los boliches", declaró ante los medios. En la denuncia se apuntaba al Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y a su Jefe de Gabinete, Raúl Fernández. Además reclamó que los responsables sean citados a indagatoria por incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento y lavado de activos de origen delictivo. 

Seis meses después, el 28 de junio, Bullrich presentó la lista de diputados para la Ciudad (que ella misma encabezaba). En la lista le seguían Guillermo Maci (filósofo y psicoanalista), Francisco Von Wuthenau (ex rector de la Universidad de San Andrés), Celina McLean (experta en educación), Carolina Estebarena (científica) y Daniel Pecheny (ingeniero en sistemas), entre otros.

Para el 24 de octubre, día de las elecciones legislativas, los favoritos eran Elisa Carrió, Mauricio Macri, Rafael Bielsa y no Patricia Bullrich. Coalición Cívica ARI, Propuesta Republicana (PRO) y el Frente para la Victoria (FPV), no Unión por Todos, ni tampoco el Partido Socialista (PS). Con el 99,38% de las mesas escrutadas, la derrota de Bullrich fue contundente. Propuesta Republicana obtuvo 34,09%. En segundo lugar quedó CC ARI, con el 22,01% de los votos, y en tercer lugar quedó el FPV, que sacó el 20,49%. Sin bancas se quedaron el PS, que quedó en cuarto lugar con 4,47%, Autodeterminación y Libertad en quinto lugar con 3,53%, Unión por Todos en el sexto con 2,27% y finalmente la UCR, con 2,23% de los votos. 

A principios de 2007, el partido de Bullrich se coaligó con el de Carrió para las elecciones presidenciales de aquél año. Ella percibió el grado de aceptación social que tenía Lilita y pensó que esa vez sí conseguiría su banca, pero su inclusión a la CC ARI no cayó para nada bien. A esto contribuyó que, durante marzo, Bullrich había comenzado negociaciones con el –en aquél entonces- Jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, y por este motivo la empezaron a ver con ojos más negativos aún. Por esto también le salió al cruce quien era líder de CC ARI en CABA, Fernando Cantero, al decir que el partido de Bullrich era “un partido que no tiene nada que ver con el ideario del ARI”. Pero a pesar del malestar por la incorporación de UPT, Carrió miró para otro lado, hizo la suya, y el 3 de septiembre de 2007, en una conferencia de prensa que se dio en la sede de Unión por Todos, confirmó como primera candidata a diputada de la nación por la Ciudad de Buenos Aires a Patricia Bullrich. Esto fue la gota que rebalsó el vaso y la Coalición Cívica de Carrió se quebró. 

El 28 de octubre se llevaron a cabo las presidenciales y legislativas: Carrió quedó segunda y Bullrich obtuvo su banca y logró entrar a la cámara baja. Pero la grieta y el descontento dentro del partido de Lilita fue tal que, a los pocos días de las elecciones, nueve integrantes renunciaron al bloque y fundaron otro paralelo, que al principio se llamó “ARI Autónoma” y luego pasó a llamarse “Solidaridad e Igualdad”. Estaba conformado por los “nuevos ex” CC ARI Eduardo Macaluse, Carlos Raimundi, América González y Marta Maffei, entre otros. En una conferencia de prensa, declararon: "siempre estuvimos al lado de Carrió, tanto cuando le iba mal como cuando le iba bien, pero ahora queremos debatir el rumbo de la fuerza porque está tomando una dirección que no compartimos". Y para despejar dudas, agregaron: "La Coalición Cívica incorporó en el último tiempo gente con un perfil bastante diferente al original del ARI, como Patricia Bullrich. Nadie tiene que cuestionar que haya diferentes miradas en proyectos plurales, pero la cuestión es quién pone la dirección de esto. La Coalición Cívica como tal nunca tuvo un desarrollo como conjunto orgánico, no tiene un espacio de debate ni de decisión". La más lapidaria fue América Gonzáles, quien después de Macaluse y Maffei, tomó la palabra y directamente responsabilizó a Carrió por el quiebre. "Hizo una coalición con la derecha, con lo cual deja afuera a muchos compañeros que quieren continuar con la distribución equitativa de la riqueza y mejorar el régimen institucional”.

“Más allá de las adversidades”, el 10 de diciembre de 2007, Patricia Bullrich asumió como Diputada de la Nación Argentina por la Ciudad de Buenos Aires. Como tal y junto a otros diputados de la Coalición Cívica, en 2008 presentó un proyecto de ley que perseguía los mismos objetivos de cuando formaba parte de la Alianza. Consistía en obligar a los dirigentes  sindicales a que presenten sus declaraciones juradas. En el proyecto se establecía que los dirigentes las presenten "dentro de los 30 días de asumido el mandato, una vez al año y dentro de los 30 días de cesar en sus funciones". Ese año también se opuso al sistema de retenciones al campo del gobierno de Cristina Kirchner. "Sepa el pueblo de la Nación que el artículo 1°, que propone aprobar el oficialismo es la ratificación de la resolución 125, inconstitucional y confiscatoria. Sepa el pueblo que se va a compensar (a las PyMES) votando la resolución 125 sin fecha de terminación, y se va a compensar por el módico tiempo que va del 13 de marzo hasta el 31 de octubre de 2008. Se compensan cuatro meses. ¡El 1° de noviembre se caen las compensaciones y «minga» de compensaciones para los pequeños productores!”, argumentó exaltada durante una sesión en diputados.

Para las legislativas del 28 de junio de 2009, la CC ARI se presentó en coalición con la UCR y el PS. Como a su vez el UPT formaba parte del partido de Carrió –quien lideraba la lista a diputados y fue electa-, Bullrich decidió cambiar el nombre de su partido y pasó a llamarse “Unión por Todos en Coalición Cívica”, con el que obtuvo dos bancas: una en CABA, con Juan Pablo Arenaza, y otra en el Congreso de la Nación, con Hilma Ré

Después de las elecciones y de un tiempo de calma dentro del partido de Bullrich, en mayo de 2011 la ex diputada acusó por primera vez (de seis) ante la justicia al entonces Ministro de Comercio, Guillermo Moreno, por abuso de autoridad al sancionar consultoras privadas que difundían índices de inflación distintos a los que publicaba INDEC. "Su accionar constituye un claro avasallamiento del derecho a la información que tenemos todos los ciudadanos", dijo la diputada por aquél entonces. Dos meses después, en julio, junto a Ricardo Gil Lavedra (UCR), Gustavo Ferrari (Peronismo disidente) y Federico Pinedo (PRO), Bullrich denunció nuevamente a Moreno por los mismos motivos que había presentado en mayo. 

Al tiempo, Elisa Carrió dejó la CC ARI y en su reemplazó lideró el espacio el entonces diputado Adrián Pérez. Esto significó problemas para Bullrich ya que Pérez era del grupo de los que pensaban que ella no pertenecía a la coalición, como se mencionó anteriormente. Por otro lado, la CC ARI había realizado un congreso en el cual se emitió una resolución que  prohibía "conformar interbloques con otras fuerzas hasta tanto existan coincidencias suficientes", resolución con la cual, por supuesto, Bullrich se sintió tocada, ya que siempre fue más de derecha.

De todas maneras, el 23 de octubre de ese año se celebraron las elecciones presidenciales y legislativas. Bullrich quedó en quinto lugar, por detrás del FPV (29,12%), el PRO (19,75%), el Frente Amplio Progresista (16,84%) y Unión para el Desarrollo Social (7,06%). Pero  Unión por Todos (en Coalición Cívica) obtuvo el 6,62% y Bullrich pudo renovar su banca. Sin embargo y, a pesar del triunfo, al otro día por la tarde, mediante un comunicado anunció que se separaba de la Coalición Cívica ARI. “Dicen que yo ‘desperfilo’ el espacio. Quisiera saber en qué temas hemos tenido disidencias internas. No los hemos tenido. No tienen argumento", decía Bullrich en su comunicado. “De aquí en más, nos presentaremos públicamente como Unión por Todos”. Por su parte, y criticado porque le decían que la estaban echando, Pérez fue contundente: “No la podemos echar a Patricia Bullrich de un partido donde no está. Son dos partidos distintos, uno es la Coalición Cívica ARI y otro Unión por Todos, que es el que integra ella". A Patricia tampoco la preocupó mucho, ya que siempre pensó que sus compañeros de CC ARI cometían un error en girar políticamente hacia la izquierda y buscar una posible alianza con el Frente Amplio Progresista. Así que por su parte se alió con el PRO.

Por otro lado, ese año Hernán Arbizu (ex JP Morgan) denunció a Bullrich, Carrió y Prat-Gay por “obstaculizar la sanción de una nueva ley antilavado en el Congreso, con el objetivo de salvar al Grupo Clarín”. Como “arrepentido”, Arbizu declaró ante la justicia cómo se cometieron maniobras para transferir recursos de las ex AFJP al Grupo Clarín.

En 2012 y junto con Juan Pablo Arenaza, Bullrich denunció por tercera vez a Guillermo Moreno. Esta vez fue por haber "maltratado a los gritos y sacado por la fuerza" de una reunión a Sandra González, titular de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua). En realidad, otra vez era por abuso de autoridad, pero esta vez no contra consultoras.  Dos meses después, el 8 de noviembre, ocurrió la manifestación más grande en contra del gobiernode Cristina Kirchner durante sus dos mandatos: el famoso “8N”. Por su parte, Bullrich se encargó de convocar gente a las calles mediante las redes sociales, y también promovió la movilización colgando una invitación en la página web de Unión por Todos. Simultáneamente, pedía concurrir sin identificación partidaria. 

Ya en 2013, Bullrich volvió a denunciar –por cuarta vez- a Guillermo Moreno. Esta vez fue por el cese de publicidades de supermercados y electrodomésticos en los diarios La Nación y Clarín, y lo hizo junto a Federico Pinedo y Gabriela Michetti.  La causa cayó en el juzgado federal Nº 7, a cargo del juez Sebastián Casanello, quien a su vez le pidió al fiscal Guillermo Marijuán que investigue al secretario de comercio. Por su parte, los denunciantes declararon que lo de Moreno era "un verdadero atentado contra la libertad de información y de expresión".

El 13 de febrero, el gobierno de Cristina Kirchner obtuvo dictamen positivo en el congreso para llevar a cabo el memorándum de entendimiento con Irán, y el rechazo fue inmediato. Se opusieron familiares de las víctimas, comunidades judías, como así también casi todo el arco político opositor. Por su parte, la líder de Unión por Todos realizó una asamblea pública en repudio al acuerdo con Irán, a la cual asistieron Federico Pinedo, Paula Bertol, Esteban Bullrich, Humberto Schiavoni, Pablo Tonelli, Jorge Triaca, Silvana Giúdici, Gustavo Ferrari y Carlos Brown. Un mes después, llegó la quinta para el ex secretario de comercio. Una vez más, Bullrich, junto a Federico Pinedo y Eduardo Amadeo, denunciaron a Guillermo Moreno por “atentar contra el sistema democrático e impedir la libre circulación de los diarios críticos del Gobierno”. También lo acusaron por “incumplimiento de los deberes de funcionario público".

El 18 de abril de ese año se llevó a cabo un cacerolazo en contra del gobierno de Cristina Kirchner, con la misma idea del 8N del año anterior, y con una gran similitud en los reclamos. Pero a pesar de que esta vez sí se involucraron más políticos opositores, la marcha no fue tan masiva como la ocurrida medio año antes. Un dato curioso sobre la movilización y que involucra a Bullrich es que ella mismadeclaró y reconoció en una entrevista con el diario La Nación haber sido la“articuladora” del cacerolazo, y luego salió a desmentirse mediante uncomunicado. Además, en la entrevista con el diario también declaró que había invitado a otros espacios políticos para que den el presente. "No me quiero poner ningún título, pero fui la articuladora", dijo primero. "No me atribuyo haber organizado el 18A, tan solo haber articulado reuniones para establecer puentes y vínculos entre blogueros y dirigentes políticos. Mi intención y mi trabajo son por la unión. Si una incorrecta idea quedó en la entrevista, no fue mi intención, por eso pido disculpas y sigo trabajando", dijo al otro día en su comunicado.

Para las legislativas del 27 de octubre de 2013, Bullrich accedió a una coalición con el PRO, aunque solamente para CABA, ya que Macri en provincia incluía a sus posibles legisladores en las listas del massismo. Por aquél entonces también sucedió la famosa “yo viví la dictadura”, la chapa que sacó el actual diputado Juan Cabandié a la oficial de tránsito cuando le quisieron secuestrar el auto. Después de esto, también se hizo viral un video en el que aparecía Cabandié pidiéndole a Martín Insaurralde que le “aplique un correctivo” a la oficial protagonista de la situación, y por este hecho se presentaron ante la justicia Bullrich, Federico Pinedo y Laura Alonso, quienes lo acusaron de “resistencia a la autoridad agravada por la condición de funcionario público, en concurso con abuso de autoridad”. La causa se radicó en la Unidad Funcional de Investigación (UFI) Nº2, a cargo de la jueza Mariana Monti.  

Por otro lado, hacia fin de año el gobierno anunció que Guillermo Moreno sería el nuevo embajador en Italia, y Bullrich decidió arremeter una vez más (sexta) contra el ex ministro de Comercio. Así, ella y la diputada Graciela Ocaña presentaron un escrito ante la justicia, solicitando que se le prohíba la salida del país a Moreno y así detener su designación como embajador en el exterior.

ABORTO
Casi un año después, durante los últimos meses de 2014, el tema más polémico en la mesa argentina era el aborto, y en el centro de la polémica estaban Patricia Bullrich y Diana Conti (FPV), presidenta y vice de la Comisión de Legislación Penal de Diputados, respectivamente. Para tratar el tema se resolvió hacer una convocatoria para el 4 de noviembre, de la que se pensaba el resultado sería a favor de la despenalización. Este posible resultado estaba fogoneado, a su vez, por dos cosas: la primera era que Bullrich ya había presentado un proyecto de ley para la despenalización del aborto (1994), y la segunda –potenciada por la primera- es que Bullrich y Conti habrían llegado a un acuerdo interno para aprobar la despenalización. Sin embargo, un día antes de hacerse la convocatoria, Bullrich negó la existencia de tal pacto. Además, argumentó que no era el momento oportuno para debatir un tema tan sensible. “Que quede claro, yo no estoy de acuerdo con ningún trámite exprés ni que esto se discuta en este momento. No me parece un buen tema para esta Argentina dividida. Yo no tengo problema en debatir sobre el aborto, lo que digo es que no se puede sacar dictamen en un solo encuentro, en el que algunos ni siquiera tienen tiempo de viajar. Además, cuando se dictamina se lo hace en un plenario de comisiones", fueron algunos de sus argumentos para aclarar su posición.

El 19 de enero de 2015, el fiscal Natalio Alberto Nisman debería haber declarado en la Cámara de Diputados sobre su denuncia en contra de CFK, y el encubrimiento que ésta llevaba a cabo para los involucrados en el atentado de 1994. Pero eso nunca pasó. Nisman fue encontrado muerto en el baño de su departamento, ubicado en Puerto Madero, con un disparo en la cabeza del lado derecho y ligeramente apuntando hacia arriba. A los pocos días, como presidenta de la Comisión de Legislación Penal, Bullrich declaró ante la fiscal Viviana Fein que días antes de la muerte del fiscal, había tenido una reunión privada con él -también se encontraba presente Laura Alonso-, en la cual este le confesaba que un agente de inteligencia estaba enviando información suya personal y de su familia, a uno de los involucrados del atentado. "Un agente de inteligencia le pasó a uno de los imputados información sobre mí y también sobre mis hijas, cosas que incluso yo no sabía”, dijo Nisman según declaraciones de Bullrich. Por su parte, esto también lo confirmó Alonso. Fue en esa reunión donde se le propuso a Nisman exponer el 19 en el Congreso. A raíz de la confesión de Bullrich, el entonces Secretario General de la Presidencia, Aníbal Fernández, la criticó públicamente por radio diciendo que "si hubiese hecho la denuncia penal, probablemente el fiscal estaría vivo".

Por otro lado, una semana después de la muerte de Nisman, Bullrich citó a declarar a Sergio Berni por su actuación la noche del hecho. Bullrich cuestionaba por qué Berni había llegado antes que el juez Manuel de Campos y su accionar vinculado al caso: antes, durante y después de que se conociera la muerte del fiscal. "¿Por qué llegó al lugar antes que la Justicia? ¿Tuvo acceso a la escena antes que la fiscal Viviana Fein? ¿Pidió alguna medida por fuera de las solicitadas por los funcionarios?", publicaba Bullrich en Facebook.

Al cabo de diez meses, el 20 de octubre de ese año, Bullrich y Alonso presentaron dos denuncias simultáneas en contra del gobierno por espionaje a políticos, jueces, fiscales, periodistas y economistas. Por un lado, Bullrich presentó su denuncia en Comodoro Py, la cual quedó en manos del juez Sebastián Casanello; y por el otro, Alonso presentó su denuncia en San Isidro, que recayó ante la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien se opuso a intervenir ya que figuraba en el listado de espionaje. Por este motivo, la denuncia pasó a San Martín, al juzgado del juez federal Emiliano Canicoba Corral. Además de Arroyo Salgado, en dicha lista aparecían los jueces de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda. También aparecían los candidatos presidenciales, entre otros.

A los pocos días, Alonso salió a decir públicamente que no le habían dejado ratificar su denuncia. Bullrich salió a respaldarla diciendo que “sí pidió ratificarla de manera inmediata pero se le negó, como si se le restara importancia. Alonso no dejó la prueba porque pensó que podía haber un uso de ese material. Ni bien la llamaron después, fue”. Pero el juez Casanello salió a hablar y las desmintió a las dos: "es una rotunda falsedad lo que dijo Bullrich. No había nadie más interesado que yo en la ratificación. "Fue citada (Alonso) a una audiencia testimonial para conocer los pormenores, el detalle de cómo toma conocimiento de la información, a través de quién, qué la hace confiar en su veracidad, todas circunstancias que hay que indagar en un caso así. Ante algo de tamaña gravedad, es importante contar con su testimonio. Ella debe explicar los pormenores del hecho denunciado”, concluyó Casanello, quien además agregó que intentaron ubicar a Alonso por varios medios pero que no lo lograron. Al final, Alonso no se presentó y en su lugar dejó un escrito. Un último dato sobre esto, pero no por eso menos importante, es que, las legisladoras en ningún momento dijeron de dónde sacaron dicha información, quien se las extendió, de qué forma se les presentó o cómo la encontraron.

Patricia Bullrich escribió cinco libros:

Memorias de la acción, 2002.

El desafío argentino, 2005.

El futuro es hoy, 2011.

Yo Propongo, 2013.

Desarticulación y hegemonía, 2014.

En su Twitter @PatoBullrich podes encontrar su página www.patriciabullrich.com, pero te redirecciona a la web de su partido político http://unionporlalibertad.org/

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