Ex
peronista de izquierda ligada a Montoneros, ex peronista de centro derecha con
Menem, ex Alianza en el gobierno de De la Rúa, ex Coalición Cívica con Carrió y
actual líder de Unión por la Libertad (también conocido como “Unión por Todos”,
en coalición con el PRO), Patricia Bullrich fue designada Ministra de Seguridad
de la Nación Argentina el pasado 10 de diciembre, mediante la emisión del
decreto 6/2016.
Pero
su apellido no es solo Bullrich, es Bullrich Luro Pueyrredón. Su sangre forma
parte de la familia tradicional porteña: en su árbol genealógico podemos
encontrar algunos miembros destacados como Juan Martín de Pueyrredón, Director
Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata (1816-1819) y Honorio Pueyrredón, Ministro de Agricultura (1916) y posteriormente de Relaciones
Exteriores (1917-1922). También dos intendentes de la Ciudad de Buenos Aires:
Adolfo Bullrich (1898-1902) y Carlos Pueyrredón (1940-1943).
Patricia
nació el 11 de junio de 1956 en la Ciudad de Buenos Aires. Es hija de Alejandro
Bullrich y de Julieta Luro Pueyrredón, y es la hermana menor de Ricardo,
Julieta y Martín. Juntas, las hermanas comenzaron a militar a principios de
los años setenta en la Juventud
Peronista. Julieta en 1972 y Patricia un año después. A pesar de que siempre
negó públicamente pertenecer a Montoneros, como militante Patricia estuvo
presente el 20 de junio del ‘73 en la Masacre de Ezeiza, donde dicha
organización se enfrentó con otras facciones políticas en marco del retorno del
General Perón al país, y también se encontraba en Plaza de Mayo el día que
Perón echó a Montoneros. Además, su hermana era novia de Rodolfo Galimberti,
quien en aquél entonces era el líder de Montoneros. Al tiempo, Julieta se
convirtió en esposa de Rodolfo y durante la dictadura militar debieron
exiliarse. Pero Patricia primero debió afrontar seis meses detenida para luego
escapar a Brasil, México, España y Francia con su hermana y Galimberti. Durante
el exilio en el exterior, en París, el 24 de agosto de 1983 falleció su hermana
Julieta.
Además de poseer experiencia política y vivir exilios tan tempranamente,
Bullrich también se fue puliendo académicamente durante los años. De hecho,
tiene varios títulos: en 2001 se recibió como Licenciada en Humanidades y
Ciencias Sociales con orientación en la Comunicación, con diploma de honor incluido,
en la Universidad de Palermo. Años más tarde, en 2009, obtuvo su título en
Magíster Ciencias Políticas y Sociología en la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO), y en 2013 recibió su doctorado en Ciencias
Políticas, en la Universidad de San Martín (UNSAM).
La democracia volvió a Argentina en los 80s y también volvió
Bullrich desde el exilio. Aprovechando la víspera de buenas nuevas y viendo la
posibilidad de centrar su cabeza en otra cosa que no sea la muerte de su
hermana, decidió meterse otra vez en la política y se convirtió en Secretaria
de Organización del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires. Sin
embargo, para la época en que terminaba la década y Menem se iba poniendo de
moda, Patricia se cruzó de vereda dentro del Justicialismo y fue candidata a
diputada por la Capital, en la lista encabezada por Erman González y MiguelÁngel Toma (electa en 1993). Al poco tiempo, las políticas intolerables de
privatización que mostró Menem no le gustaron nada a Bullrich y abandonó su banca
en el oficialismo. Una vez afuera y, luego de un breve paso por el partido
“Nueva Dirigencia” de Gustavo Beliz, fundó uno propio: “Cambio 97”, al que una
posterior impugnación hizo rebautizar como “Unión Por Todos”. Desde su nuevo
espacio, lo primero que hizo fue atacar las privatizaciones del gobierno. Así,
el 6 de mayo de 1997, junto a diputados de la UCR, Bullrich presentó un recurso
de amparo frente al decreto 375/97 que se firmó a comienzos de ese año, en el
que el presidente Menem disponía la privatización de 18 estaciones aéreas
dependientes del Estado Nacional. La respuesta de la justicia frente al recurso
de amparo presentado fue declarar la nulidad del decreto, pero a pesar de esto,
Menem arremetió emitiendo otro decreto de necesidad y urgencia (842/97), que
ordenaba seguir adelante con la privatización de los aeropuertos.
Frente
al declive que se evidenciaba en el oficialismo hacia el final de los 90s, la
Alianza comenzó a mostrarse como un espacio oportuno al cual incorporarse. Y fue
con esos ojos que Patricia Bullrich contempló la realidad de aquella época. El
15 de diciembre de 1999, bajo la presidencia de Fernando De la Rúa, se
convirtió en Secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Ahora bien, es a partir
de acá que la vida política de Patricia Bullrich escala a otros peldaños, también
se hace más “conocida” y entra en ese círculo de políticos que todos los días
vemos en la tv. De hecho, durante el gobierno de Fernando De La Rúa, Bullrich no
solo ocupó el cargo ya mencionado, sino que también fue Ministra de Trabajo,
Empleo y Formación de Recursos Humanos de Argentina, y fue Ministra de
Seguridad Social de Argentina, en el aquél entonces recién creado Ministerio de
Seguridad Social (cargo que ocupó 15 días). Todo en dos años. Y tanto en su
primer cargo como en el segundo, fue la primera mujer en Argentina en estar al
frente de dichas carteras. Pero esta rápida escalada política y de notoriedad
que llegó a la vida de Patricia no estuvo acompañada por una escalada de buena
reputación (por supuesto que sí por parte de algunos). Desde el gabinete de la
Alianza fue desde donde se ejecutó el ajuste de aquél entonces, y Bullrich salió
de ahí mal parada.
El 6
de octubre de 2000 Patricia Bullrich asumió como Ministra de Trabajo. Desde esa
cartera y desde la de Seguridad Social implementó políticas que condujeron a que,
como se dijo anteriormente, tuviera una
mala reputación: recortó 13% las jubilaciones (aunque públicamente decía que el
ajuste era administrativo y político), atacó planes trabajar, repudió cualquier
tipo de piquete o manifestación y apuntó principalmente hacia los sindicatos. Denunció
a integrantes de la asociación cooperativa Unión, Solidaridad y Organización
(La Matanza) y a la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTVH) -que
integraba la mesa de conducción de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA),
ambas presididas en aquél entonces por Luis D´Elia -ya que, según Bullrich,
obligaban a beneficiarios del Plan Trabajar a entregar parte de la asistencia
que recibían a cambio de garantizarles la continuidad de esa ayuda estatal. Pero
Bullrich no solo denunció, sino que luego les quitó a las organizaciones
piqueteras la facultad de gestionar por su cuenta planes Trabajar (los planes
bajaron de 270.000 a 90.000). Frente al ajuste, las dos CGT -encabezadas en
aquél entonces por los dirigentes Rodolfo Daer y Hugo Moyano- decidieron hacer
un paro conjunto para mediados de agosto de 2001, pero Bullrich los criticó y los
vinculó a "maniobras políticas más que a defensas de intereses
concretos". Además, les propuso a los dirigentes sindicales que se rebajen
los sueldos. Después de la manifestación conjunta de las dos CGT, Bullrich
declaró: “Queda claro que quieren voltear al gobierno”.
Desde el Ministerio de Trabajo, Bullrich también lanzó un
plan de “transparencia sindical”, que obligaba a los dirigentes sindicales a
presentar sus declaraciones juradas. Por supuesto que el plan fue criticado y
repudiado a toda costa por el sindicalismo, pero la ministra estaba dispuesta a
combatirlos. En medio de la tensión y los paros del sindicalismo, lanzó un plan
para combatir el empleo en negro o no registrado que, en palabras de Bullrich,
comprendió “el despliegue de más de 300 inspectores en todo el país”.
La situación con los sindicatos fue tal que, para
fines de octubre de 2001, Bullrich renunció a Trabajo y fue reemplazada por
José Gabriel Dumón (UCR), en un acto desesperado del gobierno con el objetivo
de lograr un mejor nivel de diálogo con el sector sindicalista y trabajadores.
Y la movida de la Alianza quedó clara con la primera medida de Dumón como
Ministro de Trabajo: tiró para atrás la propuesta de Bullrich de que los
dirigentes sindicales presentaran sus declaraciones juradas. También sometió a
revisión la ley de reforma laboral sancionada un año antes. A los pocos días de
su renuncia, Bullrich fue nombrada Ministra de Seguridad Social de Argentina.
Inmediatamente después de su nombramiento, la diputada Elisa Carrió la denunció
públicamente como una “infame traidora a la Patria” y por integrar una
asociación ilícita junto al Presidente Fernando de la Rúa y los demás
integrantes del gobierno. Pero estas acusaciones no le hacían ruido a Bullrich.
Lo que sí le hacía ruido era que, simultáneamente, el gobierno de De la Rúa
corría la estructura del Ministerio de Desarrollo Social, que dirigía DanielSartor (UCR). Fue por este motivo que la ministra de seguridad salió
públicamente a cuestionar la funcionalidad de esa cartera, llegando a pedir en
vivo por Radio Continental que se elimine. Además, también reclamaba que no se
le transferían los fondos ($300 millones). Cuando De la Rúa se enteró de las
declaraciones radiales de Bullrich, hirvieron las papas. El Presidente no tuvo
ningún problema en aceptarle la renuncia el 13 de noviembre de 2001. Su
reemplazo en Seguridad fue, momentáneamente, quien también la había reemplazado
en Trabajo. Según declararon funcionaron cercanos al presidente en aquél
entonces, el problema con Bullrich no fue cuestionar el Ministerio de Desarrollo,
sino que lo haya hecho públicamente.
Sin
embargo, alguien que no se esperaba la salida de Bullrich y que a su vez quedó
dolido fue Domingo Cavallo, Ministro de Economía de la Alianza. Según
reportaban los medios, en privado Cavallo confesaba que había perdido una
aliada. El día de su renuncia coincidió con una conferencia de prensa de
Cavallo, en marco del canje de la deuda provincial, en la que el ministro vio
la oportunidad para destacar públicamente el trabajo de Bullrich. Por otro
lado, el alejamiento de la ex ministra consolidó a dos radicales: los ya
mencionados Dumón y Sartor. Lógicamente, más radicales dentro de la mesa chica
de De la Rúa no eran buenas noticias para Cavallo, quien pasó a estar en una
situación de más vulnerabilidad teniendo en cuenta sus políticas económicas,
que eran criticadas por el resto del gabinete.
Ya alejada de la Alianza, el 2002 se presentó como una
oportuncrisis: luego de haber terminado el año anterior de la peor manera
posible, Bullrich pensó que tenía oportunidades para las presidenciales del
2003 y comenzó a hacer campaña. Lo primero que hizo fue fundar “Unión por
Todos”, un nuevo partido político (un tiempo antes, ni bien se separó del
gobierno, ya había creado Fundación Ahora Argentina). Lo siguiente fue tratar
de conseguir firmas para encaminar la candidatura, para lo que realizó un acto
en el Hotel Panamericano de la Ciudad, en febrero de ese año. Al estar
estrenando un partido, Bullrich necesitaba mostrar contundencia y sabiduría,
por lo que todo el año se dedicó a presentar propuestas. En el caso de que
llegase a la presidencia, prometía una “agresiva reforma en lo político,
judicial, económico, financiero, laboral y del Estado”. “Somos un partido
preparado para gobernar. La Argentina necesita menos impuestos y más servicios,
desocupar a los ñoquis y emplear a los ciudadanos, más trabajadores y menos
sindicalistas que se ocupen de sí mismos, y más estrategos y menos
punteros", decía por aquél entonces.
Consultada sobre su propuesta de reforma política, planteó eliminar
las listas sábana, reemplazándolas por un sistema de circunscripciones
binominales, acortar las campañas, transparentar el financiamiento y reducir el
gasto electoral, disponer una sola reelección y reformar los partidos políticos.
También anunciaba que reduciría el número de diputados, con un senado
representativo de las provincias y no de los partidos, además de eliminar el número
de asesores y los privilegios, como inmunidad, pensiones graciables y
jubilaciones de privilegio.
Cargada de propuestas en caso de llegar al sillón de
Rivadavia, la agenda de Bullrich consistía de estos principales puntos: 1) Una
reconstrucción de la moneda, apoyándose en la solvencia fiscal y la independencia
del Banco Central. 2) La recomposición de los precios relativos a partir de la
recuperación de la confianza, que derivará en la reversión de la fuga de
capitales, el aliento del consumo interno y el empleo. 3) La devolución de los
depósitos reprogramados en la moneda de origen, en un plazo por ser acordado
entre los bancos y el Estado. 4) Facultar a las entidades financieras para
hacerse cargo de los depósitos pesificados y el Estado, de la diferencia de
cambio, hasta alcanzar el valor en dólares originales. 5) Una reforma
impositiva a partir de un sistema simple y constatable de premios para los
cumplidores y castigos para los evasores. Eliminación de las retenciones a las
exportaciones, del impuesto a los créditos, a las ganancias, a los débitos bancarios
y aportes patronales. 6) La aplicación de la ley de defensa del mercado interno
frente a prácticas desleales de terceros países. 7) Una agresiva apertura de
mercados externos con la premisa de acuerdos multilaterales preferenciales,
institucionalización del Mercosur e impulso a las negociaciones desde allí con
la Unión Europea, los Estados Unidos, México y la Comunidad Andina. Promoción
de las Pyme mediante la facilitación de la creación de consorcios de producción
y exportación. 8) Crear programas de "empleabilidad" para promover el
desarrollo del empleo social, educativo y productivo. 9) Impulsar un movimiento
sindical transparente que promueva iniciativas para los trabajadores y no en
favor de los dirigentes, que deberán entregar sus declaraciones juradas de
patrimonio.
Este último punto fue uno de los principales de la campaña de
Bullrich ya que quería aplicarlo desde que era parte de la Alianza, un año antes
y, respecto al mismo, en medio de la campaña denunció a Graciela Camaño (en
aquél entonces Ministra de Trabajo. Esposa del dirigente sindical LuisBarrionuevo) y a su vice Noemí Rial por considerarlas juez y parte al afirmar
la validez de la derogación de la resolución Nº 377, que obligaba a los
sindicalistas a presentar su declaración jurada de bienes ante el ministerio,
que ella misma había dictado como ex ministra. “Camaño benefició con esta
revocatoria a su esposo y Rial fue abogada de la CGT en momentos en que
interpuso una acción judicial contra la medida, pero ahora es funcionaria y
parte involucrada”, denunció públicamente Bullrich.
A pesar de contar con una agenda cargada de propuestas, las
encuestas no mostraron los números que la líder de Unión por Todos quería ver.
No lo logró. A fin de año, durante los primeros días de diciembre de 2002, bajó
su candidatura. Consultada posteriormente por los medios, negó que las
encuestas hayan influenciado en su decisión de retirar la candidatura
presidencial. Sin embargo, declaró que su partido presentaría candidatos para
cargos locales, lo que medios de comunicación y la sociedad entendieron como
que sería candidata a Jefa de Gobierno porteña. "Lo que nosotros decidimos
en este momento es una estrategia electoral de Unión por Todos y una estrategia
de construcción política, y a partir de ahora vamos a evaluar en qué lugares el
partido va a marcar una gestión distinta a la política misma”, concluyó.
Un año más tarde se confirmó lo que todos esperaban: se
presentó como candidata para la jefatura porteña, pero en coalición con RicardoLópez Murphy (ex ministro de economía de De la Rúa), que a su vez se candidateaba
para presidente de la Nación con Movimiento Federal Recrear. Y fue así como en
2003 nació la coalición “Unión para Recrear Buenos Aires”. En el acto donde se
anunció, ambos declararon que la misma se concretó “en base a mucho respeto y
seriedad y con el compromiso de colaboración y apoyo mutuo".
Así como en 2002, durante su campaña en 2003 contó con una
cargada agenda de propuestas, como así también cargada de críticas hacia Aníbal
Ibarra y Mauricio Macri. En campaña, Bullrich y el equipo técnico de Unión para
Recrear Buenos Aires presentaron un plan de 10 medidas que enviarían a la
legislatura si la ex ministra de Trabajo llegara a la jefatura porteña: 1) La
ley de comunas, para establecer 16. 2) El Código Electoral. "Permitirá
candidaturas independientes y establecerá un cronograma con certezas sobre las
fechas de las elecciones. Además, eliminará la lista sábana y creará un sistema
mixto de votación, mediante el cual se elegirán 20 diputados por distrito único
y los restantes 40 de acuerdo con ocho zonas”. 3) Voto electrónico. 4) La ley
de financiamiento y funcionamiento de los partidos políticos. "Queremos
que pueda haber partidos por comunas y que haya participación de candidatos
independientes". 5) El presupuesto participativo. 6) La cobertura social
universal a los porteños que están por nacer. 7) El sistema de compras en
línea. “El objetivo es que todas las compras superiores a 30.000 pesos se hagan
a través de una licitación pública. Además, las Pyme podrán ofertar por
cantidades inferiores a las pedidas”. 8) La ley de gestión fiscal responsable,
que ·establece límites para el endeudamiento del Estado”. 9) La reforma del
Código Contravencional. 10) La cuenta única de turismo. "La Ciudad debe
llevar estadísticas de egresos e ingresos en materia de turismo. Quizás el
motivo por el que Bullrich salió tan cargada fue por quienes eran sus
contrincantes: Ibarra (en el cargo de la disputa desde 2000), Mauricio Macri y
Luis Zamora.
En cuanto a Ibarra y Macri, la líder de UPT les dio duro en
su campaña: "Hay algunos que no quieren que llegue el cambio porque las
mafias, los gordos y los ñoquis saben que si llegamos al poder, se van a tener
que ir” y "con la plata que usó en
dos días violó la ley de partidos políticos. Primero, que pague el correo”, respectivamente.
Además, los acusó de hacer campaña sucia y de pagar encuestadoras privadas para
tener resultados positivos. Ese año la campaña tuvo, entre otros condimentos, debates
televisivos, de los cuales Bullrich pensó que salió ganadora: "Macri se
borró, arruga, e Ibarra trató de explicar lo inexplicable y lo cierto es que
hace tres años que hace la plancha. Con el debate les rompimos... la
polarización. Ey!, no piensen mal", decía en broma. El 20 de agosto del
2003, Bullrich llevó adelante el acto de cierre de su campaña en el teatro Lola
Membrives, en la calle Corrientes, donde arremetió contra Ibarra y Macri otra
vez: “Hay una acción mediática para excluirnos de las elecciones. Va a haber
operaciones psicológicas y mediáticas. Y yo las conozco porque las sufrí en
dosis. Si les dicen algo negativo de nosotros, sepan que no es cierto”.
Finalmente, cuatro días después y con el 99% de las mesas
escrutadas, los resultados dejaron en cuarto lugar a Bullrich – Manfroni (Unión
por Todos en coalición con Recrear) con el 9,84% de los votos. Maurio Macri –
Horario Rodríguez Larreta (Compromiso para el Cambio y Aníbal Ibarra – Jorge
Terleman (Fuerza Porteña), figuraban primero y segundo (a ballotage) con 37% y
33,68%, respectivamente. Luis Zamora – Segio Molina (Autodeterminación y
Libertad) quedaron terceros con el 12,3%. Cristian Caram - Aldo Isuani (UCR),
obtuvieron el quinto lugar, con el 1,91% de los sufragios, y el binomio de
Izquierda Unida Vilma Ripoll-Herman Schiller, quedó en sexto lugar con el 1,24%
de votos.
En octubre de 2004, con casi un año de antelación para las
legislativas de 2005 -y segura de que repetiría el porcentaje de votos que
obtuvo en las elecciones para la jefatura de gobierno porteño-, Bullrich
anunció su candidatura para diputada por la Ciudad de Buenos Aires, y también
lanzó su revista partidaria, como el plato de entrada para su campaña. Ese
mismo año, la líder de Unión por Todos presentó una denuncia penal contra el
Jefe de Gobierno, Anibal Ibarra, en la que lo acusaba de haber violado la ley
de contratos de trabajo (Nº 20.744), al autorizar el registro de menores de 18
años como cartoneros, ya que “al registrar a menores como trabajadores de una
actividad insalubre no hace más que darles entidad”, decía Bullrich. A los
pocos días, también presentó la denuncia contra Ibarra ante la OrganizaciónInternacional del Trabajo (OIT). "La ley prohíbe que los menores de edad,
de entre 14 y 18 años, trabajen más de seis horas, en horario nocturno y en
condiciones de peligrosidad, penosidad e insalubridad. En este caso, la Comuna
empadronó a menores de edad, les dio credenciales para que formaran parte de la
red de recolección de residuos, no les otorgó los elementos para cuidar la
salud y, lo que es peor de todo, avala que esos chicos no vayan al colegio y
vivan en la calle", afirmó Bullrich.
La catástrofe ocurrida el último fin de semana de 2004 en el
boliche República de Cromañón, ubicado en el barrio Once de Capital Federal, concluyó
el año de la peor manera imaginable. Ese día nadie festejó año nuevo, el país
estaba de luto. Al otro día, Bullrich salió al cruce enfurecida y atacó por
medio de un comunicado: "Este hecho es consecuencia de empresarios
inescrupulosos que priorizan el lucro por sobre la seguridad y la vida, y de la
inoperancia del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Es imposible obviar la
responsabilidad que le compete a quienes gobiernan la ciudad, que fallaron en
sus funciones. Esto los convierte en responsables y cómplices de una tragedia
anunciada. Peor aún es la ausencia de respeto por las víctimas, materializada
en un Estado nacional ausente. En vez de acompañar a la gente, tanto el
presidente (Kirchner) como el jefe de Gobierno (Ibarra) se lavan las manos para
resguardar sus imágenes políticas".
La primera semana de febrero de 2005, Bullrich presentó una
denuncia ante la jueza María Angélica Crotto
en contra del gobierno porteño, por pedido de coimas en locales
bailables. Aseguró en aquél entonces contar con el testimonio de un
arrepentido: “después de lo que sucedió en Cromañón, se me acercó una persona y
me dijo que él había participado en reuniones en las que gente del gobierno
pedía coimas a los boliches", declaró ante los medios. En la denuncia se
apuntaba al Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y a su Jefe de Gabinete,
Raúl Fernández. Además reclamó que los responsables sean citados a indagatoria
por incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento y
lavado de activos de origen delictivo.
Seis
meses después, el 28 de junio, Bullrich presentó la lista de diputados para la
Ciudad (que ella misma encabezaba). En la lista le seguían Guillermo Maci
(filósofo y psicoanalista), Francisco Von Wuthenau (ex rector de la Universidad
de San Andrés), Celina McLean (experta en educación), Carolina Estebarena
(científica) y Daniel Pecheny (ingeniero en sistemas), entre otros.
Para el 24 de octubre, día de las elecciones legislativas,
los favoritos eran Elisa Carrió, Mauricio Macri, Rafael Bielsa y no Patricia
Bullrich. Coalición Cívica ARI, Propuesta Republicana (PRO) y el Frente para la
Victoria (FPV), no Unión por Todos, ni tampoco el Partido Socialista (PS). Con el 99,38% de las mesas escrutadas, la derrota de Bullrich fue contundente. Propuesta
Republicana obtuvo 34,09%. En segundo lugar quedó CC ARI, con el 22,01% de los
votos, y en tercer lugar quedó el FPV, que sacó el 20,49%. Sin bancas se
quedaron el PS, que quedó en cuarto lugar con 4,47%, Autodeterminación y
Libertad en quinto lugar con 3,53%, Unión por Todos en el sexto con 2,27% y
finalmente la UCR, con 2,23% de los votos.
A principios de 2007, el partido de Bullrich se coaligó con el
de Carrió para las elecciones presidenciales de aquél año. Ella percibió el
grado de aceptación social que tenía Lilita y pensó que esa vez sí conseguiría
su banca, pero su inclusión a la CC ARI no cayó para nada bien. A esto
contribuyó que, durante marzo, Bullrich había comenzado negociaciones con el
–en aquél entonces- Jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, y por este motivo
la empezaron a ver con ojos más negativos aún. Por esto también le salió al
cruce quien era líder de CC ARI en CABA, Fernando Cantero, al decir que el
partido de Bullrich era “un partido que no tiene nada que ver con el ideario
del ARI”. Pero a pesar del malestar por la incorporación de UPT, Carrió miró
para otro lado, hizo la suya, y el 3 de septiembre de 2007, en una conferencia
de prensa que se dio en la sede de Unión por Todos, confirmó como primera
candidata a diputada de la nación por la Ciudad de Buenos Aires a Patricia Bullrich.
Esto fue la gota que rebalsó el vaso y la Coalición Cívica de Carrió se quebró.
El 28
de octubre se llevaron a cabo las presidenciales y legislativas: Carrió quedó
segunda y Bullrich obtuvo su banca y logró entrar a la cámara baja. Pero la
grieta y el descontento dentro del partido de Lilita fue tal que, a los pocos
días de las elecciones, nueve integrantes renunciaron al bloque y fundaron otro
paralelo, que al principio se llamó “ARI Autónoma” y luego pasó a llamarse “Solidaridad e Igualdad”. Estaba conformado por los “nuevos ex” CC ARI Eduardo Macaluse,
Carlos Raimundi, América González y Marta Maffei, entre otros. En una
conferencia de prensa, declararon: "siempre estuvimos al lado de Carrió,
tanto cuando le iba mal como cuando le iba bien, pero ahora queremos debatir el
rumbo de la fuerza porque está tomando una dirección que no compartimos".
Y para despejar dudas, agregaron: "La Coalición Cívica incorporó en el
último tiempo gente con un perfil bastante diferente al original del ARI, como
Patricia Bullrich. Nadie tiene que cuestionar que haya diferentes miradas en
proyectos plurales, pero la cuestión es quién pone la dirección de esto. La
Coalición Cívica como tal nunca tuvo un desarrollo como conjunto orgánico, no
tiene un espacio de debate ni de decisión". La más lapidaria fue América
Gonzáles, quien después de Macaluse y Maffei, tomó la palabra y directamente
responsabilizó a Carrió por el quiebre. "Hizo una coalición con la
derecha, con lo cual deja afuera a muchos compañeros que quieren continuar con
la distribución equitativa de la riqueza y mejorar el régimen institucional”.
“Más
allá de las adversidades”, el 10 de diciembre de 2007, Patricia Bullrich asumió
como Diputada de la Nación Argentina por la Ciudad de Buenos Aires. Como tal y
junto a otros diputados de la Coalición Cívica, en 2008 presentó un proyecto de
ley que perseguía los mismos objetivos de cuando formaba parte de la Alianza.
Consistía en obligar a los dirigentes sindicales a que presenten sus declaraciones
juradas. En el proyecto se establecía que los dirigentes las presenten "dentro
de los 30 días de asumido el mandato, una vez al año y dentro de los 30 días de
cesar en sus funciones". Ese año también se opuso al sistema de
retenciones al campo del gobierno de Cristina Kirchner. "Sepa el pueblo de
la Nación que el artículo 1°, que propone aprobar el oficialismo es la
ratificación de la resolución 125, inconstitucional y confiscatoria. Sepa el
pueblo que se va a compensar (a las PyMES) votando la resolución 125 sin fecha
de terminación, y se va a compensar por el módico tiempo que va del 13 de marzo
hasta el 31 de octubre de 2008. Se compensan cuatro meses. ¡El 1° de noviembre
se caen las compensaciones y «minga» de compensaciones para los pequeños
productores!”, argumentó exaltada durante una sesión en diputados.
Para las legislativas del 28 de junio de 2009, la CC ARI se presentó
en coalición con la UCR y el PS. Como a su vez el UPT formaba parte del partido
de Carrió –quien lideraba la lista a diputados y fue electa-, Bullrich decidió
cambiar el nombre de su partido y pasó a llamarse “Unión por Todos en Coalición
Cívica”, con el que obtuvo dos bancas: una en CABA, con Juan Pablo Arenaza, y
otra en el Congreso de la Nación, con Hilma Ré.
Después de las elecciones y de un tiempo de calma dentro del
partido de Bullrich, en mayo de 2011 la ex diputada acusó por primera vez (de
seis) ante la justicia al entonces Ministro de Comercio, Guillermo Moreno, por
abuso de autoridad al sancionar consultoras privadas que difundían índices de
inflación distintos a los que publicaba INDEC. "Su accionar constituye un
claro avasallamiento del derecho a la información que tenemos todos los ciudadanos",
dijo la diputada por aquél entonces. Dos meses después, en julio, junto a Ricardo Gil Lavedra (UCR), Gustavo Ferrari (Peronismo disidente) y Federico Pinedo (PRO),
Bullrich denunció nuevamente a Moreno por los mismos motivos que había
presentado en mayo.
Al tiempo, Elisa
Carrió dejó la CC ARI y en su reemplazó lideró el espacio el entonces diputado Adrián Pérez. Esto significó problemas para Bullrich ya que Pérez era del grupo
de los que pensaban que ella no pertenecía a la coalición, como se mencionó
anteriormente. Por otro lado, la CC ARI había realizado un congreso en el cual
se emitió una resolución que prohibía "conformar
interbloques con otras fuerzas hasta tanto existan coincidencias
suficientes", resolución con la cual, por supuesto, Bullrich se sintió
tocada, ya que siempre fue más de derecha.
De todas maneras, el 23 de octubre de ese año se celebraron
las elecciones presidenciales y legislativas. Bullrich quedó en quinto lugar, por
detrás del FPV (29,12%), el PRO (19,75%), el Frente Amplio Progresista (16,84%)
y Unión para el Desarrollo Social (7,06%). Pero Unión por Todos (en Coalición Cívica) obtuvo
el 6,62% y Bullrich pudo renovar su banca. Sin embargo y, a pesar del triunfo,
al otro día por la tarde, mediante un comunicado anunció que se separaba de la
Coalición Cívica ARI. “Dicen que yo ‘desperfilo’ el espacio. Quisiera saber en
qué temas hemos tenido disidencias internas. No los hemos tenido. No tienen
argumento", decía Bullrich en su comunicado. “De aquí en más, nos
presentaremos públicamente como Unión por Todos”. Por su parte, y criticado
porque le decían que la estaban echando, Pérez fue contundente: “No la podemos
echar a Patricia Bullrich de un partido donde no está. Son dos partidos distintos,
uno es la Coalición Cívica ARI y otro Unión por Todos, que es el que integra
ella". A Patricia tampoco la preocupó mucho, ya que siempre pensó que sus
compañeros de CC ARI cometían un error en girar políticamente hacia la
izquierda y buscar una posible alianza con el Frente Amplio Progresista. Así
que por su parte se alió con el PRO.
Por
otro lado, ese año Hernán Arbizu (ex JP Morgan) denunció a Bullrich, Carrió y
Prat-Gay por “obstaculizar la sanción de una nueva ley antilavado en el
Congreso, con el objetivo de salvar al Grupo Clarín”. Como “arrepentido”,
Arbizu declaró ante la justicia cómo se cometieron maniobras para transferir
recursos de las ex AFJP al Grupo Clarín.
En 2012 y junto con Juan Pablo Arenaza, Bullrich denunció por
tercera vez a Guillermo Moreno. Esta vez fue por haber "maltratado a los
gritos y sacado por la fuerza" de una reunión a Sandra González, titular
de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina
(Adecua). En realidad, otra vez era por abuso de autoridad, pero esta vez no
contra consultoras. Dos meses después,
el 8 de noviembre, ocurrió la manifestación más grande en contra del gobiernode Cristina Kirchner durante sus dos mandatos: el famoso “8N”. Por su parte,
Bullrich se encargó de convocar gente a las calles mediante las redes sociales,
y también promovió la movilización colgando una invitación en la página web de
Unión por Todos. Simultáneamente, pedía concurrir sin identificación partidaria.
Ya en 2013, Bullrich volvió a denunciar –por cuarta vez- a
Guillermo Moreno. Esta vez fue por el cese de publicidades de supermercados y
electrodomésticos en los diarios La Nación y Clarín, y lo hizo junto a Federico
Pinedo y Gabriela Michetti. La causa
cayó en el juzgado federal Nº 7, a cargo del juez Sebastián Casanello, quien a
su vez le pidió al fiscal Guillermo Marijuán que investigue al secretario de
comercio. Por su parte, los denunciantes declararon que lo de Moreno era "un
verdadero atentado contra la libertad de información y de expresión".
El 13 de febrero, el gobierno de Cristina Kirchner
obtuvo dictamen positivo en el congreso para llevar a cabo el memorándum de
entendimiento con Irán, y el rechazo fue inmediato. Se opusieron familiares de
las víctimas, comunidades judías, como así también casi todo el arco político opositor.
Por su parte, la líder de Unión por Todos realizó una asamblea pública en
repudio al acuerdo con Irán, a la cual asistieron Federico Pinedo, Paula
Bertol, Esteban Bullrich, Humberto Schiavoni, Pablo Tonelli, Jorge Triaca,
Silvana Giúdici, Gustavo Ferrari y Carlos Brown. Un mes después, llegó la
quinta para el ex secretario de comercio. Una vez más, Bullrich, junto a
Federico Pinedo y Eduardo Amadeo, denunciaron a Guillermo Moreno por “atentar
contra el sistema democrático e impedir la libre circulación de los diarios
críticos del Gobierno”. También
lo acusaron por “incumplimiento
de los deberes de funcionario público".
El 18
de abril de ese año se llevó a cabo un cacerolazo en contra del gobierno de
Cristina Kirchner, con la misma idea del 8N del año anterior, y con una gran
similitud en los reclamos. Pero a pesar de que esta vez sí se involucraron más políticos
opositores, la marcha no fue tan masiva como la ocurrida medio año antes. Un
dato curioso sobre la movilización y que involucra a Bullrich es que ella mismadeclaró y reconoció en una entrevista con el diario La Nación haber sido la“articuladora” del cacerolazo, y luego salió a desmentirse mediante uncomunicado. Además, en la entrevista con el diario también declaró que había
invitado a otros espacios políticos para que den el presente. "No me
quiero poner ningún título, pero fui la articuladora", dijo primero. "No
me atribuyo haber organizado el 18A, tan solo haber articulado reuniones para
establecer puentes y vínculos entre blogueros y dirigentes políticos. Mi
intención y mi trabajo son por la unión. Si una incorrecta idea quedó en la
entrevista, no fue mi intención, por eso pido disculpas y sigo
trabajando", dijo al otro día en su comunicado.
Para las legislativas del 27 de octubre de 2013, Bullrich
accedió a una coalición con el PRO, aunque solamente para CABA, ya que Macri en
provincia incluía a sus posibles legisladores en las listas del massismo. Por
aquél entonces también sucedió la famosa “yo viví la dictadura”, la chapa que
sacó el actual diputado Juan Cabandié a la oficial de tránsito cuando le
quisieron secuestrar el auto. Después de esto, también se hizo viral un video
en el que aparecía Cabandié pidiéndole a Martín Insaurralde que le “aplique un
correctivo” a la oficial protagonista de la situación, y por este hecho se
presentaron ante la justicia Bullrich, Federico Pinedo y Laura Alonso, quienes
lo acusaron de “resistencia a la autoridad agravada por la condición de
funcionario público, en concurso con abuso de autoridad”. La causa se radicó en
la Unidad Funcional de Investigación (UFI) Nº2, a cargo de la jueza Mariana
Monti.
ABORTO
Casi
un año después, durante los últimos meses de 2014, el tema más polémico en la
mesa argentina era el aborto, y en el centro de la polémica estaban Patricia
Bullrich y Diana Conti (FPV), presidenta y vice de la Comisión de Legislación
Penal de Diputados, respectivamente. Para tratar el tema se resolvió hacer una
convocatoria para el 4 de noviembre, de la que se pensaba el resultado sería a
favor de la despenalización. Este posible resultado estaba fogoneado, a su vez,
por dos cosas: la primera era que Bullrich ya había presentado un proyecto de
ley para la despenalización del aborto (1994), y la segunda –potenciada por la
primera- es que Bullrich y Conti habrían llegado a un acuerdo interno para
aprobar la despenalización. Sin embargo, un día antes de hacerse la
convocatoria, Bullrich negó la existencia de tal pacto. Además, argumentó que
no era el momento oportuno para debatir un tema tan sensible. “Que quede claro,
yo no estoy de acuerdo con ningún trámite exprés ni que esto se discuta en este
momento. No me parece un buen tema para esta Argentina dividida. Yo no tengo
problema en debatir sobre el aborto, lo que digo es que no se puede sacar
dictamen en un solo encuentro, en el que algunos ni siquiera tienen tiempo de
viajar. Además, cuando se dictamina se lo hace en un plenario de
comisiones", fueron algunos de sus argumentos para aclarar su posición.
El 19 de enero de 2015, el fiscal Natalio Alberto Nisman debería
haber declarado en la Cámara de Diputados sobre su denuncia en contra de CFK, y
el encubrimiento que ésta llevaba a cabo para los involucrados en el atentado
de 1994. Pero eso nunca pasó. Nisman fue encontrado muerto en el baño de su
departamento, ubicado en Puerto Madero, con un disparo en la cabeza del lado
derecho y ligeramente apuntando hacia arriba. A los pocos días, como presidenta
de la Comisión de Legislación Penal, Bullrich declaró ante la fiscal Viviana
Fein que días antes de la muerte del fiscal, había tenido una reunión privada
con él -también se encontraba presente Laura Alonso-, en la cual este le
confesaba que un agente de inteligencia estaba enviando información suya
personal y de su familia, a uno de los involucrados del atentado. "Un
agente de inteligencia le pasó a uno de los imputados información sobre mí y
también sobre mis hijas, cosas que incluso yo no sabía”, dijo Nisman según
declaraciones de Bullrich. Por su parte, esto también lo confirmó Alonso. Fue
en esa reunión donde se le propuso a Nisman exponer el 19 en el Congreso. A
raíz de la confesión de Bullrich, el entonces Secretario General de la
Presidencia, Aníbal Fernández, la criticó públicamente por radio diciendo que
"si hubiese hecho la denuncia penal, probablemente el fiscal estaría
vivo".
Por otro lado, una semana después de la muerte de Nisman, Bullrich
citó a declarar a Sergio Berni por su actuación la noche del hecho. Bullrich
cuestionaba por qué Berni había llegado antes que el juez Manuel de Campos y su
accionar vinculado al caso: antes, durante y después de que se conociera la
muerte del fiscal. "¿Por qué llegó al lugar antes que la Justicia? ¿Tuvo
acceso a la escena antes que la fiscal Viviana Fein? ¿Pidió alguna medida por
fuera de las solicitadas por los funcionarios?", publicaba Bullrich en
Facebook.
Al cabo de diez meses, el 20 de octubre de ese año, Bullrich
y Alonso presentaron dos denuncias simultáneas en contra del gobierno por
espionaje a políticos, jueces, fiscales, periodistas y economistas. Por un
lado, Bullrich presentó su denuncia en Comodoro Py, la cual quedó en manos del juez
Sebastián Casanello; y por el otro, Alonso presentó su denuncia en San Isidro,
que recayó ante la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien se opuso a intervenir ya
que figuraba en el listado de espionaje. Por este motivo, la denuncia pasó a
San Martín, al juzgado del juez federal Emiliano Canicoba Corral. Además de
Arroyo Salgado, en dicha lista aparecían los jueces de la Corte Suprema Ricardo
Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda. También
aparecían los candidatos presidenciales, entre otros.
A los pocos días, Alonso salió a decir públicamente que no le
habían dejado ratificar su denuncia. Bullrich salió a respaldarla diciendo que “sí
pidió ratificarla de manera inmediata pero se le negó, como si se le restara
importancia. Alonso no dejó la prueba porque pensó que podía haber un uso de
ese material. Ni bien la llamaron después, fue”. Pero el juez Casanello salió a
hablar y las desmintió a las dos: "es una rotunda falsedad lo que dijo
Bullrich. No había nadie más interesado que yo en la ratificación. "Fue
citada (Alonso) a una audiencia testimonial para conocer los pormenores, el
detalle de cómo toma conocimiento de la información, a través de quién, qué la
hace confiar en su veracidad, todas circunstancias que hay que indagar en un
caso así. Ante algo de tamaña gravedad, es importante contar con su testimonio.
Ella debe explicar los pormenores del hecho denunciado”, concluyó Casanello, quien
además agregó que intentaron ubicar a Alonso por varios medios pero que no lo
lograron. Al final, Alonso no se presentó y en su lugar dejó un escrito. Un
último dato sobre esto, pero no por eso menos importante, es que, las legisladoras
en ningún momento dijeron de dónde sacaron dicha información, quien se las
extendió, de qué forma se les presentó o cómo la encontraron.
Patricia Bullrich escribió cinco libros:
Memorias de la acción, 2002.
El desafío argentino, 2005.
El futuro es hoy, 2011.
Yo Propongo, 2013.
Desarticulación y
hegemonía, 2014.
En su Twitter @PatoBullrich podes encontrar su página www.patriciabullrich.com, pero te redirecciona a la web de su partido político
http://unionporlalibertad.org/